Millones
de venezolanos hemos soñado con un país próspero de oportunidades
para todos donde se invierta y distribuya justamente la riqueza
generada por la renta petrolera para elevar el nivel de vida de todos
los venezolanos; hemos soñado con una economía sana, con diversidad
de producción y de exportaciones, con una moneda fuerte que respalde
nuestro poder adquisitivo... también hemos soñado con una Democracia
madura o mejor dicho con ciudadanos maduros ejerciendo su papel
protagónico, activos, dándole vida a una Democracia robusta basada
en los tradicionales valores democráticos de igualdad,
participación, tolerancia...
Este
sueño es el sueño de una generación que en los noventa, haciendo
un balance entre lo positivo y lo negativo de la era democrática
iniciada con el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, asumió la
lucha por el perfeccionamiento de la Democracia que acercara más y
más el poder al pueblo a través de la descentralización y mayor
participación ciudadana. Fue una época de severa crisis que
degeneró en un mal mayor. En aquél entonces apareció un “mesías”
que vendió la idea de poder llevar a nuestro pueblo “al mar de la
felicidad” como resultado de su sola presencia, se afianzó en el
poder repartiendo riqueza sin generarla; Venezuela depende hoy como
nunca antes de la renta petrolera y aún cuando en estos quince años
hemos percibido la mayor bonanza petrolera de nuestra historia
nuestra moneda está devaluada, ostentamos la inflación más alta
del mundo, la “soberanía alimentaria” es una farsa del régimen
que depende de importaciones para “abastecer” el mercado, nuestra
gente hoy es más pobre que nunca y como agravante a las distorsiones
de la economía del país hay que señalar el grave deterioro de
nuestras instituciones democráticas: falta de independencia de los
poderes públicos, la constante pretensión de centralizar todo,
abuso de poder, violaciones de DDHH, el avance continuo de una bomba
de tiempo sobre nuestras libertades y derechos civiles y políticos:
el socialismo boliburgués.
El
sueño de La Mejor Venezuela lo han heredado ya hijos y nietos...
este sueño está hoy marcado por la urgencia de lo insostenible. Si
ayer pretendíamos perfeccionar la Democracia , hoy es imperativo
salvarla!. Si ayer pensábamos que era preciso sembrar el petróleo,
hoy urge arrebatarle nuestra industria a quienes la han devastado!.
Si ayer creímos que la injusticia era una enfermedad social que
amenazaba la paz y estabilidad democrática; hoy ante el
enriquecimiento grosero y desproporcionado de la boliburguesía, la
exclusión y persecución por motivos políticos, ante el cada día
mayor número de presos políticos, juicios viciados, tortura y las
condiciones de reclusión en las que se encuentran se puede afirmar
que la situación actual es una declaración de guerra del régimen
al pueblo de Venezuela. Sin Justicia no hay Paz (Juan Pablo II).
Mal
podríamos pedirle más paciencia a nuestro pueblo o persuadirles de
que la economía del país puede esperar. ¿Cómo darle la cara a las
madres de quienes perdieron la vida ejerciendo derechos
constitucionales o a las de más de mil jóvenes bajo régimen de
presentación cual delincuentes por ejercer el art. 66 de la CRBV?
¿Cómo darle la cara a quienes no tienen miedo de salir a exigir un
país mejor? ¿Qué decirle a la gente ante el deterioro de la
economía del país que ya no le permite ni alimentar ni vestir ni
educar a sus hijos? ¿Cuántas elecciones tendrán que esperar?...
Cuando proponemos una Constituyente planteamos un renacer, la
posibilidad de establecer un nuevo pacto social donde dejemos
plasmado nuestro sueño de más y mejor Democracia, de La Mejor
Venezuela que soñamos de Paz, Bienestar y Progreso y, más aún, la
posibilidad más inmediata de impulsar en un mismo movimiento una
renovación de los poderes públicos, convocar elecciones generales y
realizar los cambios que necesitamos.
Para
millones de venezolanos este sueño es nuestra lucha permanente por la
transformación del país, una lucha por la libertad en la que
estamos comprometidos junto a hombres y mujeres -grandes venezolanos-
que han dado todo asumiendo riesgos y despojándose de comodidades y
miedos como Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Rivero, Daniel Ceballos...
nuestros jóvenes estudiantes y miles de héroes anónimos, queremos
decir responsablemente ante el país que esta lucha no se limita a
cambiar de grupos en el poder sino de construir el país que soñamos
y esta lucha la vamos a ganar con la participación de todos y en
corresponsabilidad con el futuro. Esta es la garantía para alcanzar
La Mejor Venezu
ela: el sueño compartido.
¡Vamos! ¡Salvemos a
Venezuela! ¡Salgamos a conquistar la Democracia! ¡Si se puede!.
Katie Nieto C.
@katienieto
Activismo Voluntad Popular Heres-Bolívar
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